"La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad" Su Santidad Leon XIII

miércoles, 8 de febrero de 2012

La UNESCO marca el ritmo en Historia


La UNESCO editó una Historia General de América Latina en 9 tomos donde desarrolla la Historia de América desde los mal llamados “pueblos originarios” hasta la actualidad. No leí ninguno, pero sí leí la presentación de cada volumen (que a continuación adjunto) y su tendencia es más de lo mismo: los pueblos que habitaban América antes de la llegada de los españoles eran “pueblos originarios” por ser los primeros en llegar (cosa imposible de probar, cual fue el primer hombre en pisar el suelo americano, que sería el “¡primer originario!” ¡y su estirpe la dueña del continente!), pasando por la implantación de un régimen colonial en América por España (cosa jurídica e históricamente errónea) y llegando a la implantación de un nuevo pacto neocolonial. Más de lo mismo. Queda claro que la UNESCO nos dicta el tipo de cultura que tenemos que tener y nuestros “intelectuales, historiadores y pedaBOBOS” acatan rápida y sumisamente.

Para todos los progresistas que se jactan de defender la Patria les digo que repetir esta “Historia”, que fue creada por un jesuita descontento por su expulsión y financiada por Gran Bretaña para debilitar el poderío español sobre las Indias, es IMPERIALISMO y no lo que hicieron los españoles en América durante tres siglos. Sigan haciéndole el juego al enemigo, que cada vez que los escucha repetir de memoria estas falsas interpretaciones, se ríen sin parar.

Ya Ernesto Palacio describía esta situación en 1939 de esta manera magistral:

Tanto la generación de la independencia como la de la organización nacional encararon la cuestión de nuestros orígenes y, por consiguiente la de nuestro ser y nuestro destino, en una actitud de polémica con respecto a España. Era el enemigo; la garantía de nuestra existencia consistiría en diferenciarnos, en renegar en lo posible de su influjo. Todo el pensamiento del siglo contribuía a legitimar esa posición. Corría la época, de la expansión de las ideas revolucionarias, democráticas, la época del liberalismo, y España pareció quedar retrasada en un movimiento que se suponía fatal. Atraía todas-las miradas, en el norte, el crecimiento fabuloso de los Estados Unidos de Norteamérica. Y nosotros creímos encontrar en sus instituciones el modelo perfecto de la organización, civilizada, y el compendio de todos los vicios en la nación que nos había dado el idioma y la fe.

Teníamos defectos; los conocíamos. Y como estos defectos (o, mejor dicho, particularidades, consideradas defectuosas por la equiparación con el patrón yanqui) eran típicamente españoles, se dio en considerar nuestro origen como una desgracia y el purgarnos de esas taras, es decir, el descastarnos, como el secreto de nuestra salvación. Los mejores espíritus se empeñaron en buscar argumentos que probaran la existencia de una diferencia substancial entre nosotros y los fundadores. No bastaba con la simple aspiración a diferenciarnos; había que sostener que ya éramos distintos. El principal paladín de esta campaña fue Sarmiento. El más absurdo, Alberdi, con su abyecta equiparación del heroísmo y la barbarie y con su ideal de poblar el territorio con inmigrantes nórdicos, protestantes, que limpiaran hasta los últimos vestigios de la herencia nefanda.

Pero si no éramos españoles, ¿qué seríamos?...

Desde los primeros tiempos de la Independencia ya se había esbozado una mística incipiente, estimulada por el humanitarismo del siglo, que daría respuesta a esta interrogación inquietante. La necesidad de ostentar una genealogía se tradujo en una idealización y una glorificación del indio aborigen, víctima de la conquista. Esta glorificación se inicia en los escritos de Moreno, de Monteagudo, de los principales voceros de la Revolución, y alcanza forma política en el proyecto de Monarquía incaica. No es difícil percibir la vinculación de dicha propaganda con la idealización del "hombre natural" que se había hecho carne en la mentalidad de ese cuarto de siglo: era la influencia de Juan Jacobo, traducido por Moreno. La consecuencia de todo esto fue remachar, con fines polémicos, la solidaridad de los americanos con el aborigen, contra el español; el considerar la Revolución como un desquite de la "usurpación" cometida por España, y el entroncar artificialmente a las nuevas naciones libres con la tradición indígena. Nuestros antepasados no serían, los españoles. Nuestros héroes no serían los Cortés, los Pizarro, los Mendoza —-esos "tiranos"-, sino Lautaro, Caupolicán y Tupac Amarú...

Las generaciones siguientes persistieron en ese espíritu, como lo demuestra, entre otras cosas, el empeño de D. Vicente Fidel López en otorgarles una ascendencia ilustre —aria— a los indios peruanos. Pero la actitud antiespañola se manifiesta, especialmente, como europeísmo liberal "iluminado", que abomina de España, sobre todo, su tradición católica "oscurantista". El acento histórico se hace europeo. Se invoca y se sigue el ejemplo francés, inglés, norteamericano. No nos consideramos, desde luego, españoles; sí (aunque un poco a pesar nuestro, como transacción) "latinos". El problema de los orígenes pierde en importancia. Liquidada la guerra de la Independencia, se mitiga el indianismo polémico y se le sustituye por la convicción de que nuestra tarea colectiva consiste en ponernos a tono con las últimas novedades de allende los mares. No seremos, pues, una cultura alimentada por las raíces, como todas las verdaderas culturas, sino por las ventosas o garfios de sus ramas, como las plantas parásitas. No una cultura auténtica, sino de imitación.”

Ernesto Palacio: La historia falsificada. Buenos Aires, A. Peña Lillio, 1960, p. 28-30

UNESCO
Historia General de América Latina
Colección La Historia en plural
Ce titre est disponible.
260,00 € €
Livre
Format: 18 x 25 cm (encuadernado)
978-92-3-304234-6
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Ediciones UNESCO / Editorial Trotta

OFERTA ESPECIAL hasta el 29 de febrero de 2012
Adquiera todos los volúmenes por € 260 (precio habitual € 305)

Presentación

La Historia General de América Latina es un proyecto editorial de gran envergadura, elaborado por la UNESCO con el objeto de abordar la historia de esta vasta región con un enfoque internacional. Es así, como esta obra monumental, publicada en nueve volúmenes, cuenta con la colaboración de 240 historiadores y especialistas de diversas disciplinas y nacionalidades, reunidos bajo la égida de un Comité Científico Internacional constituido por destacados investigadores y eruditos.

América Latina comprende un inmenso territorio de 22 millones de km2 que se extiende desde Río Grande al norte hasta Tierra del Fuego al sur, y entre los dos grandes océanos que bañan sus orillas: el Atlántico al este y el Pacífico al oeste. La variedad de sus ecosistemas: de densos bosques a desiertos, de altas montañas a llanuras y sabanas, así como las diversas olas de poblaciones, el entrecruce de culturas y el flujo sucesivo de corrientes de ideas, han constituido a lo largo del tiempo un verdadero calidoscopio histórico y cultural. Unidad y diversidad son los dos pilares que sostienen los fundamentos de su historia.

Por lo tanto, esta obra de carácter académico aborda ante todo la historia de las ideas, las civilizaciones, las sociedades y las instituciones que constituyeron los fundamentos e impulsaron la evolución de las sociedades latinoamericanas, a partir de la época precolombina hasta el siglo XX. Presenta las principales corrientes culturales, sociales, económicas y políticas que se fusionaron en esta región del mundo para crear una identidad propia, caracterizada por su variedad y perpetua evolución.

Volumen I: Las sociedades originarias
Este primer volumen está consagrado a las sociedades que se desarrollaron en el continente cuando éste no se llamaba todavía América. Se examina con rigor científico el rico y diverso tejido sociocultural de las poblaciones originarias que se asentaron en el continente, muchas de ellas provenientes de Asia. Al mismo tiempo, se analiza la extraordinaria hazaña de adaptación a los diversos ecosistemas del continente, que dieron lugar a civilizaciones muy distintas cuyas opciones culturales, técnicas, políticas y religiosas son reflejo de una extraordinaria adaptación al medio natural de los asentamientos humanos. La obra se divide en dos partes: América Central y América del Sur. Esta división tiene en cuenta las diferencias considerables que separan las civilizaciones que florecieron en estas dos grandes regiones.

Volumen II: El primer contacto y la formación de nuevas sociedades
Aunque el segundo volumen de Historia General de América Latina comprende un período relativamente corto, se trata de un momento crucial de su historia, que se extiende desde los viajes de Cristóbal Colón hasta la década de 1570, cuando se establece definitivamente el régimen colonial. Se trata de la época de los conquistadores, seguida por el establecimiento de las primeras sociedades criollas. Este período fue particularmente marcado por las epidemias que diezmaron las poblaciones indígenas, la implantación de los europeos, nuevas actividades económicas y prácticas agrícolas, cambios en la alimentación y en la medicina, nuevas estructuras políticas, la introducción de los primeros africanos, el mestizaje, la aculturación y la evangelización.

Volumen III, Tomo 1: Consolidación del orden colonial
Dividido en dos tomos, este volumen de Historia General de América Latina comprende la fase principal del período colonial desde mediados del siglo XVI, tras la ascensión de Felipe II al trono imperial y antes de que comenzaran a aplicarse en América las reformas borbónicas, hasta mediados del siglo XVIII.

La colonización, que se instala en el tiempo, permite desarrollar las bases políticas, administrativas y económicas reproduciendo modelos europeos en los nuevos territorios. Se trata de un período de asentamiento colonial, que estructura las actividades de producción y de intercambio, las relaciones materiales y espirituales con la Península Ibérica, la esclavitud, la población compuesta de un complejo mosaico étnico y social, la religión, la vida cotidiana, la cultura y el arte.

Volumen III, Tomo 2: Consolidación del orden colonial
Dividido en dos tomos, este volumen de Historia General de América Latina comprende la fase principal del período colonial desde mediados del siglo XVI, tras la ascensión de Felipe II al trono imperial y antes de que comenzaran a aplicarse en América las reformas borbónicas, hasta mediados del siglo XVIII.

La colonización, que se instala en el tiempo, permite desarrollar las bases políticas, administrativas y económicas reproduciendo modelos europeos en los nuevos territorios. Se trata de un período de asentamiento colonial, que estructura las actividades de producción y de intercambio, las relaciones materiales y espirituales con la Península Ibérica, la esclavitud, la población compuesta de un complejo mosaico étnico y social, la religión, la vida cotidiana, la cultura y el arte.

Volumen IV: Procesos americanos hacia la redefinición colonial
El volumen IV de Historia General de América Latina abarca un largo período que comienza antes de 1700 y termina en vísperas de los movimientos de independencia. Examina las políticas coloniales de España y Portugal, así como la evolución económica y social en las colonias. Durante la segunda mitad del siglo XVIII se ponen en marcha complejos procesos de reforma. Paradójicamente, esas reformas “pombalianas” o “borbónicas”, concebidas en la metrópolis para renovar y afianzar los vínculos coloniales, terminan al final por romperlos definitivamente. Pero este volumen no se limita al estudio del papel de los criollos en el proceso de liberación del yugo colonial. Analiza desde distintos ángulos la influencia que ejercieron los otros actores sociales, lo que permite explicar importantes aspectos que contribuyeron a la construcción política y social de la América Latina contemporánea.

Volumen V: La crisis estructural de las sociedades implantadas
El período que abarca el volumen V de Historia General de América Latina es apasionante, particularmente crucial y controvertido. Durante tres décadas, las profundas transformaciones ideológicas y políticas sientan las bases de las sociedades modernas latinoamericanas, cuyos contrastes y conflictos reflejan la búsqueda de una identidad propia en un mundo en plena mutación. Se analiza el conflicto que comienza en 1808 en las colonias españolas entre dos campos, el criollo y el metropolitano, y que culmina con la independencia de todas las colonias de América Latina. Sin embargo, quedan interrogantes: ¿La independencia fue el resultado de guerras civiles, de guerras internacionales, de revoluciones o de simples disputas? Esta pregunta puede dar a lugar a otra: ¿Esas guerras fratricidas fueron necesarias o, al contrario, se hubiera logrado la emancipación en el marco de un proceso evolutivo? Este volumen trata de responder a estos interrogantes a través de un análisis objetivo del complejo contexto social y político latinoamericano durante este período de su historia.

Volumen VI: La construcción de las naciones latinoamericanas, 1820-1870
El volumen VI de Historia General de América Latina estudia el proceso de fundación de los estados latinoamericanos, desde su independencia de España y Portugal hasta la consolidación de las nuevas repúblicas y el logro de cierta estabilidad política en la década de 1870. El enfoque temático de este volumen permite aprender la autopercepción que tuvieron de América Latina muchos intelectuales y políticos, a la vez que expone sus respuestas a los retos de una nueva realidad política.

Partiendo de un análisis de los problemas relacionados con la búsqueda de un proyecto nacional, este volumen examina las estructuras económicas y sociales (población, agricultura, minería, industria, comercio, vida cotidiana, conflictos sociales y abolición de la esclavitud), así como los conflictos creados por la inserción de los nuevos estados al nuevo orden internacional, las relaciones interamericanas y el intervencionismo. Presenta también las diferentes expresiones de la nueva identidad latinoamericana en filosofía, ciencia, arte, educación y literatura, para terminar con dos retrospectivas: la de Tulio Halperin Donghi sobre Hispanoamérica y la de Estevão de Rezende Martins sobre el proceso formativo de la conciencia brasileña.

Volumen VII:
Al comienzo de la década de 1870 la gran mayoría de los países de América Latina llevaban ya casi medio siglo de vida independiente. En los años iniciales, en medio de la general inestabilidad institucional, el predominio castrense —con excepciones— y una vinculación más bien débil al sistema mundial, había prevalecido una «larga espera». Pero conforme se acercaba el final del siglo XIX, en un escenario internacional cambiante, se dieron rápidas e importantes transformaciones, que significaron una mayor definición de los proyectos nacionales y al mismo tiempo una incorporación de los países y de la región a un sistema mundial cuyo eje era Europa Occidental, a la que luego se unió Norteamérica como centro de desarrollo del capitalismo. A fines de la tercera década del siglo XX, el panorama era distinto que cincuenta años antes. El mundo había cambiado y Latinoamérica con él. En los años de la posguerra ambos iban a enfrentar una gran crisis que marcaría el fin de una etapa.

En estos momentos en que el ámbito internacional está dominado por la globalización, se ha discutido mucho sobre el destino de los estados nacionales. En medio del debate, ha resurgido el interés por estudiar los procesos de consolidación de los estados-nación latinoamericanos. Y en este empeño, se ha vuelto a mirar hacia las décadas finales del siglo XIX y las iniciales del XX, cuando se dieron profundos procesos de definición en los países de la región. Este volumen pone énfasis en ese gran tema, que ha sido ampliamente debatido en numerosos trabajos de Historia Latinoamericana. Su análisis parte de los inicios de los años setenta del siglo antepasado y concluye al final de la década de los veinte del siglo pasado. Abarca, en consecuencia, alrededor de sesenta años, en muchos sentidos duros y complejos, pero fundamentales para la vida de los países latinoamericanos.

Este volumen, que recoge antiguos debates dentro de una perspectiva general, incluye también nuevos avances de investigación. Será, sin duda, un referente fundamental para el estudio de un período crucial de la Historia de América Latina.

Volumen VIII:
En poco más de setenta años, de 1930 hasta nuestros días, las transformaciones y los intentos de reforma experimentados en América Latina han sido de tal magnitud y de tal alcance que no es exagerado afirmar que es imposible tener una comprensión real de ellos sin un estudio detallado de sus principios y causas.

Acontecimientos dentro de le región como la aparición de movimientos agrarios, la intensa vida electoral a pesar de la presencia de regímenes dictatoriales, los distintos populismos, las corrientes indigenistas, la Teología de la Liberación o la notable trascendencia de la literatura y las artes plásticas han marcado el siglo XX en Latinoamérica.

Otros hechos de escala planetaria como las secuelas del ciclo de crisis económicas, la aparición de movimientos totalitarios o el paso de un sistema multipolar a otro bipolar en la estructura de poder internacional después de la Segunda Guerra Mundial, que introdujo una lucha de dimensiones ideológicas, geopolíticas y militares, han influido también en el curso político, económico y social de la región. Han sido marcados por este esquema los numerosos movimientos revolucionarios y sociales, y los distintos tipos de intervencionismo.

Las nuevas tendencias de la globalización, los renovados intentos de integración regional y el surgimiento de proyectos políticos independientes, fenómenos perceptibles en un mundo ya no delimitado por fronteras ideológicas, han acabado por modelar el panorama actual de las sociedades latinoamericanas.

Este volumen, fruto de la colaboración de veintiséis historiadores y especialistas de América Latina, Estados Unidos y Europa, es indispensable para identificar y entender las principales corrientes culturales, políticas, económicas y sociales que se fusionaron para crear las sociedades latinoamericanas de nuestros días.

Volumen IX: Teoría y metodología en la Historia de América Latina
El volumen IX de la Historia General de América Latina analiza la historiografía latinoamericana y sus principales corrientes, sobre todo en el siglo XX.

Los trabajos que componen este volumen se articulan en dos partes. En la primera se estudian temas como la significación histórica de América Latina en relación con otras regiones del mundo, la noción de periodización aplicada al contexto latinoamericano, la historia cuantitativa a través de sus diferentes áreas de estudio y sus principales fuentes, desde el período colonial hasta hoy. Un capítulo de esta primera parte está dedicado a las nuevas perspectivas y problemas en la historiografía latinoamericana. En él se sugiere que en la década de los sesenta se produjo un corte fundamental en la manera de hacer historia en América Latina. Las evoluciones intelectuales posteriores serán tributarias de esta ruptura: de una historia centrada en la historia económica, y social (1970-1980) se pasará a una orientada a temáticas políticas y culturales (1980-1990).

En la segunda parte, se investigan importantes áreas como la demografía histórica, la historia económica y la sociología histórica. Teniendo como eje central las ideologías sobre la raza y la nación en los siglos XIX y XX, se cuestionan también las diferentes visiones de la etnohistoria latinoamericana. Por último, se enfocan temas relativos a la política a partir del «descubrimiento» de la democracia y la aparición de los estudios culturales en las investigaciones históricas de esta región.

Fuente: UNESCO




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